El yoga y la meditación son fundamentales para salvaguardar al cerebro frente a los efectos de la depresión y la ansiedad.
Lóbulo frontal
Conocido como el centro de comando del cerebro, el lóbulo frontal alberga la corteza motora primaria (que controla los movimientos de la cara). El control de nuestras acciones y estados de ánimo y la práctica de la moderación son procesos del lóbulo central. Está demostrado que el Yoga puede mejorar las funciones del lóbulo frontal.
Sistema límbico
Los comportamientos de supervivencia como comer y reproducirse se conectan al sistema límbico, una compleja red que desempeña un papel en el sentido del olfato, en los recuerdos y las emociones. Los estudios demuestran que la meditación basada en el compasión fortalece el sistema límbico.
Hipocampo
Dentro del sistema límbico se halla el hipocampo; una parte del cerebro responsable del aprendizaje, las emociones y los recuerdos. Múltiples estudios han demostrado un mayor volumen del hipocampo en los yoguis, lo que se traduce en una memoria funcional superior que la de los no practicantes (la depresión está ligada a problemas de memoria)
Lóbulo parietal
Caballo de batalla multifuncional que abarca los centros primarios de los sentidos, el lóbulo parietal es la porción del cerebro responsable de la consciencia corporal - especialmente a la hora de hacer posturas de yoga-. Hay estudios que demuestran que la meditación consciente incrementa el grosor del lóbulo frontal.
Lóbulo occipital
Responsable del procesamiento visual, el lóbulo occipital nos permite avanzar a través de las posturas de yoga. Pero además, desempeña un papel importante en la salud mental. Los déficits en el lóbulo occipital podrían ser un factor inicial para la depresión, pero los yoguis han demostrado tener más masa en esta parte.
Cerebelo
Llamado cerebro pequeño, coordina el movimiento y el equilibrio. Tu capacidad para mantenerte en Vrksasana y Virabhadrasana III se debe a él. Los yoguis tienden a tener más materia gris en el cerebro, lo cual se correlaciona con una mejora en la memoria, la concentración y la función motriz, y en menos fallos cognitivos.
Tronco encefálico
Conectando el cerebro y la médula espinal, el tronco encefálico regula determinadas acciones involuntarias, como la respiración o el pulso cardíaco. Cerca de su parte superior se encuentra el tegmento pontino, del que se cree que controla el ciclo sueño-vigilia. Este podría ser el motivo por el cual el yoga es tan positivo para la calidad del sueño: es en el tronco cerebral donde se ubican las neuronas que conectan la respiración profunda con la relajación y la ansiedad, y que te aportan esa sensación de calma durante la práctica.
Glándula pituitaria
Del tamaño de una lenteja, actúa como principal conector entre el sistema nervioso y el sistema endocrino, las glándulas por todo el cuerpo que producen hormonas responsables de todo, desde el crecimiento al desarrollo del metabolismo. Los estudios han demostrado que Brahmari Pranayama (respiración de la abeja), beneficia directamente la glándula pituitaria al disminuir la presión arterial.
Lóbulo temporal
El procesamiento auditivo del habla y el lenguaje competen al lóbulo temporal. En él se encuentra la amígdala, y desempeña una función esencial en las emociones y las ambiciones. Los estudios demuestran que aquellos que practican meditación y yoga muestran mayor equilibrio y reserva emocional porque tiene menos activados determinados centros de la amígdala.
Megan Johnson - Yoga Journal
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