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Foto del escritorLeonid Berbesi

¿Cómo practicar la postura de relajación?

Actualizado: 13 abr 2022



La postura de relajación es a menudo una idea de último momento para muchos de nosotros, especialmente en las clases públicas donde rápidamente terminamos la práctica "tumbándonos" durante unos minutos. Pero esta postura puede ser muy poderosa. Cuando la practicas con un enfoque mental, puedes activar la respuesta de relajación. La postura de relajación también permite relajar todo el cuerpo en una posición anatómicamente neutra, lo que proporciona un profundo descanso físico. Y como forma de meditación reclinada, puede enseñarte sobre el funcionamiento de tu mente, al igual que la meditación sentada.

Preparación para la práctica

Aunque la postura de relajación puede practicarse por sí sola, normalmente la hacemos al final de una práctica de asanas. Esto se debe a que a menudo nos resulta difícil quedarnos quietos durante un largo periodo de tiempo si no hemos hecho mucho ejercicio. Pero ten en cuenta que lo que debes practicar antes de la postura de relajación depende de la hora del día y de lo que ya hayas estado haciendo o no.

Si quieres practicar a primera hora de la mañana o si has tenido un día sedentario, debes preparar la postura de relajación con una práctica activa, que te cansará y te permitirá descansar más cómodamente. Las secuencias de fortalecimiento con posturas desafiantes o las prácticas de agilidad con posturas dinámicas y secuencias de flujo serán útiles en este momento.

Por otro lado, si has tenido un día agotador desde el punto de vista físico, ya sea haciendo un trabajo físico o estando de pie todo el día, una práctica centrada en estiramientos suaves es una buena forma de liberar la tensión retenida en el cuerpo. Por ejemplo, las secuencias de flexibilidad de la parte superior del cuerpo y de la parte inferior. Si estás realmente agotado, una práctica restaurativa puede ser adecuada para ti.

Por último, si estás muy estresado, tu prioridad es calmar tu sistema nervioso; de lo contrario, te resultará difícil quedarte quieto. En este caso, la práctica de posturas invertidas con apoyo, como la postura de las piernas en la pared, te ayudará a calmarte lo suficiente como para poder quedarte quieto. En general, antes de practicar, tómate un tiempo para considerar lo que te parece correcto en ese momento y sigue tu intuición.

Elección de una versión

Muchas personas no pueden sentirse realmente cómodas tumbadas en el suelo sin apoyo. Así que lo siguiente es elegir la versión correcta de la postura de relajación para tu cuerpo y para el día y la hora en particular. Recuerda que existen otras versiones de Savasana.


Si no puedes ponerte cómodo sobre la espalda o no debes tumbarte sobre ella por alguna razón (por ejemplo, si estás embarazada), puedes probar con una posición lateral. Si crees que tumbarte de espaldas te provoca ansiedad, puedes probar la posición prona (tumbada sobre el vientre). Si la habitación es fría, abrígate bien, ponte calcetines e incluso cúbrete con una manta.

Para obtener todos los beneficios de la postura de relajación, debes practicarla con intención (en lugar de simplemente desplomarte en el suelo). Para ello, comprométete con las siguientes prácticas.

Alinear el cuerpo

Coloca las piernas a una distancia de entre 25 a 30 centímetros, gira los brazos para que las palmas de las manos queden hacia arriba y las manos separadas del cuerpo más abajo de los hombros, con la cabeza uniformemente entre los hombros y mirando directamente hacia el techo (sin girar hacia un lado). Ninguno de nosotros es completamente simétrico, pero puedes ajustar tu cuerpo para que sea lo más simétrico posible con tu peso distribuido uniformemente en ambos lados de tu cuerpo. Ahora tu alineación está cerca de lo que los libros de medicina llaman "neutro anatómico", la posición que tu cuerpo asume naturalmente cuando no se activa ningún músculo. Cuando te encuentras en esta posición neutral, puedes estar relajando tu cuerpo por completo.

Permanecer quieto

Después de alinear tu cuerpo, comprométete a permanecer quieto. Cuando tu cuerpo se queda inmóvil, la estimulación externa se reduce al mínimo, permitiendo que tu sistema nervioso se calme y tu mente se tranquilice.

Utilizar un enfoque mental

Una vez que hayas alineado y aquietado tu cuerpo, dirige tu conciencia hacia el interior. En la postura de relajación, la mente suele centrarse en la respiración, en la relajación gradual de determinadas partes del cuerpo (lo que a veces se denomina escanear el cuerpo) o en una imagen de paz (por ejemplo, puedes imaginar que tu mente es la superficie de un lago cuyas ondas disminuyen lentamente). En lugar de dejar que tus pensamientos vaguen como lo harían si estuvieras tumbado en la hierba de un parque, mantén intencionadamente tu mente en el foco de atención elegido. Cuando notes que tu atención se desvía, devuélvela suavemente a ese foco.

Mantener la conciencia al salir de la postura

Si es posible, permanece en la postura durante al menos diez minutos. Cuando estés listo para salir, abre los ojos para recibir pasivamente la luz de la habitación. A continuación, hazle saber a tu cuerpo que estás listo para empezar a moverte moviendo suavemente sólo los dedos de las manos y de los pies o simplemente respirando suavemente un par de veces. A continuación, dobla las rodillas y coloca las plantas de los pies en el suelo y luego gira lentamente sobre tu lado derecho y descansa allí durante un par de respiraciones. A continuación, empuje lentamente con las manos hasta quedar sentado, dejando que la cabeza baje hasta quedar completamente erguido. Por último, cuando esté erguido, levante lentamente la cabeza.




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