Seguro que has oído hablar de la respiración como método de bienestar, pero tendrás toda la razón si crees que todos respiramos de manera natural y no es necesario pensarlo para hacerlo, así que no parece tener ningún sentido que una función automática de tu cuerpo vaya a ser la panacea de nada ¿cierto? además, ¡tú sabes respirar perfectamente!.
¿Te haz fijado en cómo respiras cuando estás en ese momento de ira? ¿o cuando estás en mitad de una discusión? La respiración es alta, es decir, se nota en el pecho. Es corta, y por lo tanto no llenas bien los pulmones. Y sobre todo rápida, lo que hace que tu cabeza reciba menos oxígeno del que necesita para pensar con claridad.
Buscamos justamente lo contrario. Y por eso, cambiar la respiración lo cambia TODO.
Quien controla la respiración, controla el pensamiento; esto lo dicen todas las disciplinas orientales, ¡y ahora también la ciencia!
La manera en la que respiras interviene directamente en la actividad del cerebro. La razón es que la respiración tiene conexiones directas con distintas partes de la corteza cerebral, donde se gestan el pensamiento, la percepción y la imaginación.
Respirar es el primer alimento que recibe el organismo. ¡Así de importante es la energía que cuerpo y mente reciben del oxigeno! Es el gran motor.
Respirar está estrechamente vinculado al sistema nervioso. El responsable es el diafragma, el músculo respirador que abarca toda la caja torácica y protege los pulmones. Al recibir los impulsos nerviosos de la columna recibe también cualquier información emocional, de manera que se tensa o relaja en función de cómo te sientes en cada momento.
Respirar correctamente ayuda a reducir la tensión nerviosa. Una respiración amplia y profunda disminuye el ritmo cardíaco relajando el cuerpo, ayuda a soltar tensiones físicas, psicológicas y serena nuestras emociones.
1. ACTIVARTE
Respirar con ritmo 3 a 5 minutos puede cambiar la percepción de cómo te sientes en momentos de agotamiento, por la mañana si aún no estás del todo despierto, en picos de sueño después de comer o en situaciones donde necesitas estar muy lúcido.
2. CENTRARTE
Los ejercicios de respiración son una técnica de concentración en sí. Contar las inhalaciones, las exhalaciones y poner foco en las tomas de aire es una manera de centrar el pensamiento en una sola cosa, alejar el ruido mental y crear serenidad a la vez que aumentas la atención.
3. CALMARTE
La respiración profunda a modo de suspiro es un mecanismo natural del cuerpo para deshacer la tensión. Respirar despacio y controladamente ayuda a para la rueda, a hacer una pausa para oxigenar el pensamiento y equilibrar emociones como la ansiedad o la preocupación, proporcionando tranquilidad y más claridad.
Respiración cuadrada: consiste en igualar la inhalación y la exhalación para optimizar las tomas de oxígeno. La versión más sencilla se puede hacer inhalando en 4 tiempos y exhalando en 4 tiempos durante al menos 1 minuto, para tomar después una respiración profunda y regresar al flujo normal para observar si hay algún cambio.
Texto tomado de: Yoga Journal
Carla Sanchez
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